I Believe in Miracles

viernes, 11 de enero de 2019



Éste es Amancio, un hipopótamo común que nació con un objetivo claro: poder volar para convertirse en un ayudante de Santa Claus...

Dicen que para que un deseo se cumpla debes proyectarlo en tu mente hasta que visualices perfectamente el deseo cumplido. Sólo si te lo crees realmente, se cumple. Yo creo firmemente en esta teoría y cada día me sigo sorprendiendo de hasta dónde somos capaces de llegar si hacemos un buen uso de nuestras capacidades.
Al mismo tiempo, el deseo no sirve de nada si no te acompaña la actitud necesaria. Así que no es sólo cuestión de mente sino también de actitud. No sirve de nada desear volar si luego te encierras en un sótano... obvio!  y el principal enemigo que nos impide tener la actitud necesaria se llama MIEDO.


Amancio no estaría volando si tuviera miedo de caerse o de que se rieran de él, por ejemplo...

Existen millones de libros acerca del poder de la mente, lo cual no es sorprendente pero sí me llama la atención que en más de uno relacionen mente y actitud con la existencia de un dios. Al parecer, los tres forman un triángulo en el que si uno de ellos falta nada es posible. Sin embargo, la realidad es que no se necesita ser creyente para poder embriagarse con sus palabras y aprender mucho de ellas. Un ejemplo sería el famoso bestseller Conversaciones con Dios, de Donald Walsch. Cuando me lo leí era una adolescente agnóstica y el título me tiraba mucho para atrás pero sin duda, recomiendo su lectura. El autor sostiene la idea de que la mente es como una máquina que concede deseos y nos propone que actuemos como si ya tuviéramos lo que queremos tener para entrar en el mismo plano y así terminar lográndolo.
Por su parte, Marianne Williamson escribió su fantástico libro A Return to Love, que me recomendó un buen amigo y me lei siendo ya adulta e igual de agnóstica. A Return to Love se centra más en cómo tener esa actitud necesaria para lograr los cambios y las mejoras que nos impiden crecer o alcanzar nuestras metas.



Ambos libros hablan de un dios alejado de cualquier religión existente. 

Incluso en un plano meramente terrenal, dejando de lado lo intangible porque el deseo principal es el dinero y todo lo que éste conlleva, el poder de la mente, ligado a una correcta actitud, sigue siendo incuestionable. De hecho, la diferencia principal entre ricos y pobres está en que los primeros tienen claro que ellos son los creadores de su vida y que actúan sobre ella para lograr sus objetivos; mientras que los pobres consideran que no tienen ningún poder sobre su vida y que no pueden modificarla porque no está en su mano poder hacerlo.

Pero lo cierto es que el dinero no da la felicidad y que rico es sólo aquél que da y recibe amor. Cuando las cosas no fluyen es hora de cambiar...

Something amazing happens when we surrender and just love. We melt into another world, a realm of power already within us. The world changes when we change. the world softens when we soften. The world loves us when we choose to love the world.” 
― Marianne Williamson



Be water my friend...



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