David Bowie declinó ser nombrado "Sir" por la Corona Británica en 2003. Desconozco los motivos pero sí que tengo claro que no necesitaba dicho honor para ser reconocido como un grande, un galáctico, un genio.
Bowie nació con los ojos azules pero con 15 años recibió un puñetazo en un ojo por un lío de faldas -ya ves tú- y de este modo adquirió uno de sus símbolos de identidad físicos más llamativos. Parece que el destino quería jugar con él a convertirle en alguien inusual y Bowie no dudó en utilizar todas sus cartas. Para mí era un maestro de la adaptación y la superviviencia.
Igual que un gato...
Por esto he querido rendirle un muy humilde homenaje a Bowie, convirtiendo a mi querida Mia en una devota fan.
Me estoy planteando empezar a usar hojas tintadas porque en esta ocasión he querido colorear de rosa la hoja blanca y el resultado ha sido desastroso. Por lo demás, no he variado nada la técnica ni el material. En cuanto a la modelo Mia, sólo tardé quinientas millones de horas en conseguir que mirara a la cámara con naturalidad... es una crack!
Adoro la inocencia y la naturalidad de los animales, igual de real que la de los niños. Precisamente Bowie cantaba:
There's a starman waiting in the sky
He's told us not to blow it
Cause he knows it's all wothwhile
He told me:
Let the Children lose it
Let the children use it
Let all the children boogie
Este es un planeta de contrastes y Bowie fue el claro ejemplo de ello. Muchos adultos nos echamos a perder en algún momento por eso quiero compartir este recordatorio de lo que nunca deberíamos haber dejado de hacer:
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