Según el calendario chino, ayer nos despedimos del año de la rata, el año del covid, del confinamiento, de las crisis multidimensionales... un año en el que, según algunos, se auguraba esperanza, resurgimiento y creatividad... y no estaban tan desacertados...
La rata es el primero de los animales de la rueda zodiacal china y eso significa que se avecinan un montón de cambios, cambios internos en cada uno de nosotros, cambios políticos o personales... y no cabe duda de que así ha sido para todos. Independientemente de si han sido positivos o no, los cambios internos han surgido en todos nosotros.
Pero es que además, según la numerología, el número cero también está asociado a los inicios, a empezar de cero y por tanto lleva parejo cambios y novedades. El cero es un número considerado infinito y por tanto está asociado a un vacío absoluto, a una crisis regenerativa, a un número ilimitado de opciones y miras.
Parece que estábamos irremediablemente destinados a vivir un año fuera de lo normal.
De momento no parece que el año del buey vaya a ser mucho mejor pero de eso hablaré en futuros posts...
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