Si siempre intentas ser normal nunca sabrás lo increíble que puedes ser.
Ojo, intentar ser algo que no eres tampoco es lo deseado. No se trata de fingir ser alguien diferente sino de poder ser uno mismo siempre, sin miedo al qué dirán. Hay que vencer miedos y vergüenzas; hay que ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. Simplemente, poner las cartas sobre la mesa, que no es moco de pavo.
Creo que una parte de ese yo oculto sale a la luz tan pronto como ingerimos alcohol o estupefacientes. Esa desinhibición no solo nos hace sentir bien y relajados sino que incluso puede mostrar un lado nuestro que incluso nosotros mismos desconocíamos, lo que demuestra que podemos ser grandes desconocidos.
El gran reto consiste en conseguir llegar a ese estado desinhibido sin ayuda de ninguna sustancia, algo que con los años parece más inalcanzable.
Al final, los que vivimos en grandes urbes y especialmente los jóvenes que presumen constantemente de lo que tienen en las redes sociales somos más propensos a llevar una máscara similar al de al lado y que nos impide ser todo lo increíbles que podemos ser.
Puedo usar millones de palabras y nunca lo explicaría tan bien como mi amado Dani Martín. Canción tan espectacular como él:
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