Dalí León

jueves, 12 de septiembre de 2019


No voy a escribir sobre la genialidad de Salvador Dalí porque sería un acto repetitivo, nada esclarecedor e incluso completamente subjetivo. Sin embargo, desde que supe sobre su historia de amor quedé atrapada, especialmente por su terrible e inaceptable final.


Para los que no lo sepan, Dalí solo tuvo un amor, un único gran amor, Gala. Ella era una rusa de 35 años cuando se conocieron, estaba casada con un poeta francés y tenía una niña de 11 años, pero nada de esto le importó a Dalí quien, aún con 10 años menos, no pudo evitar sentir un auténtico flechazo al verla.
No era una relación bien vista y muchos dudaban de su durabilidad, primero porque siempre se dudó de la orientación sexual de Dalí y segundo porque al parecer ella era un espíritu libre, un tanto fría, que no tuvo reparos en serle infiel varias veces a lo largo de su vida. De hecho así lo confiesa ella en un diario que se encontró: "Me importa poco si Dalí me ama o no. Personalmente yo no amo a nadie."
Aún a pesar de todo, Dalí la amaba con locura. La rusa lo fue todo para él: "Toda mi pasión está en el amor que siento por Gala y no tengo sitio para más", dijo una vez para justificar por qué no tenía amigos
.


Se casaron por lo civil 5 años más tarde de conocerse y las muestras de amor hacia ella se sucedieron sin cesar ni medida durante los años. No solo la retrataba una y otra vez, sino que acabó firmando sus obras bajo el nombre "Gala Salvador Dalí", porque decía: "Firmando mis obras como Gala-Dalí no hago más que dar nombre a una verdad existencial, porque no existiría sin mi gemela Gala". 24 años más tarde de su primer matrimonio, el Papa Pío XII les concedió un permiso especial para casarse por la iglesia y entonces Dalí le compró un castillo a su amada, el Castillo de Púbol, al que el gran genio sólo podía entrar si antes se lo pedía por escrito. Allí en ese castillo fijaron su residencia y Dalí construyó dos tumbas para que descansaran sus restos y los de su amada llegado el momento, rollo Taj Mahal, pero con un detalle único y maravilloso: ambas tumbas tenían un orificio a los lados para que los cuerpos pudieran permanecer eternamente comunicados.


No sé si fueron o no felices pero sí sé que él la amó siempre, cada día durante los 53 años que estuvieron juntos y que cuando ella murió él se dejó morir. Primero se encerró en el castillo durante dos años, hasta que un incendio le obligó a salir y cambiar de residencia y después decidió dejar de comer y beber hasta que lo acabaron ingresando de urgencia para salvar su vida.


Pasaron hasta 6 años, imagino que eternos e insufribles, hasta que por fin Dalí pudo reencontrarse con su querida Gala. Sin embargo, algo insólito sucedió entonces: Salvador Dalí no fue enterrado en el Castillo de Púbol, junto a su amor, tal y como él soñaba sino que se lo llevaron al museo de Figueras y lo enterraron junto a los baños del mismo y a 40 km de distancia de su lugar deseado.
¿La explicación? Pues la única que hay es que, según afirmó el director del susodicho museo, el mismísimo Dalí se había reunido con él 53 días antes de su muerte y le comentó, en secreto y sin testigos, que deseaba ser enterrado en aquel museo. Punto. No hay constancia de que esto sea así y sin embargo, esto fue lo que se hizo. FLIPO, me indigno, me mata...
Ni qué decir tiene que desde entonces, los ingresos del museo se dispararon. No creo que Dalí aprobara nada de esto, a pesar de que a él también le movía el dinero, de hecho una vez dijo: "Yo decidí, de muy pequeño hacer dos cosas: primero, ir lo más pronto que posible a la cárcel, en dónde estuve tres meses, y después, volverme ligeramente millonario. Y ahora, mi ambición es de ser Salvador Dalí".

Así que aquí os dejo con un video que he encontrado del gran Salvador Dalí en estado puro...



Ojalá algún día se muevan los hilos necesarios para que su cuerpo pueda descansar junto al de su amada Gala para siempre. D.E.P.

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